PCTI 22. PROBLEMÁTICA DEL DESARROLLO EN MÉXICO
SUBCOMITÉ DE RECURSOS HUMANOS DEL FCCYT
Autor de Correspondencia
Dr. Héctor Nolasco Soria
Editor
08/03/2009
Fecha de Aprobación
Ciencias Sociales
Categoría
Autores
EL SUBCOMITÉ DE RECURSOS HUMANOS DEL FCCYT constituido por Eduardo Carrillo Hoyo (FCCYyT), Miguel O. Chávez Lomelí (CCYTET), Raúl Covarrubias Tirado, Juan Pablo Vilar Arvizu, Alicia Ruiz Luna (CANACINTRA), Alberto Equihua Zamora (COPARMEX), José Manuel Flores Hernández (Integrated Energy Systems), Carlos García Castro (INIFAP), Héctor Nolasco Soria (CIBNOR), Ma. Teresa Rojas Rabiela, Fernando Salmerón Castro (CIESAS), David N. Velázquez Martínez (UNAM),
El crecimiento de las oportunidades de empleo es inferior al aumento de la Población Económicamente Activa (PEA) y, desde cualquier ángulo que se le vea 2% es un crecimiento lento e insatisfactorio.
Abstract
In Mexico, in 1982 the GDP not only did not grow, but it fell 0.62%, and it became a contraction of 4% the following year. From then on, the Mexican economy has gone through a true roller coaster: years of growth alternated with others of contraction, to the extent that six-year crises were established. The growth of job opportunities is lower than the increase in the Economically Active Population (EAP) and, from any angle that it is seen, 2% is slow and unsatisfactory growth. This journey forces us to reflect on the conditions that should be built in the country so as not to increase the gaps that currently exist in relation to developed countries in the areas of education, science, technology and their transfer, innovation, social development and economic development.
Keywords: development, Mexico, problematic.
Resumen
En México, en el año 1982 el PIB no sólo no creció, sino que decayó 0.62%, y se convirtió en una contracción de 4% al año siguiente. De ahí en adelante la economía mexicana ha vivido una verdadera montaña rusa: años de crecimiento alternados con otros de contracción, al grado de que se establecieron las crisis sexenales. El crecimiento de las oportunidades de empleo es inferior al aumento de la Población Económicamente Activa (PEA) y, desde cualquier ángulo que se le vea 2% es un crecimiento lento e insatisfactorio. Este trayecto obliga a reflexionar acerca de las condiciones que convienen construirse en el país para no aumentar las brechas que actualmente existen con relación a países desarrollados en los temas de educación, ciencia, tecnología y su transferencia, innovación, desarrollo social y desarrollo económico.
Palabras clave: desarrollo, México, problemática.
Problemática
Usuarios
Proyecto
México tuvo en el pasado épocas de crecimiento acelerado y sostenido, específicamente a partir de 1933 y con más consistencia entre 1954 y 1981, como se observa en la figura 1. Durante este último lapso, el crecimiento del PIB presenta en 1959 un mínimo con un incremento de 3% y un máximo, en 1964, con uno de 11%, el mejor registro en la historia del país desde 1900. No es casual que a esos años se les haya aplicado la denominación de “desarrollo estabilizador” debido al ritmo claramente positivo y acelerado del crecimiento de la producción, acompañado por estabilidad macroeconómica; es decir, baja inflación y tipos de cambio constantes.
El año 1982 marcó un cambio que bien puede calificarse como dramático: el PIB no sólo no creció, sino que decayó 0.62%, y se convirtió en una contracción de 4% al año siguiente. De ahí en adelante la economía mexicana ha vivido una verdadera montaña rusa: años de crecimiento alternados con otros de contracción, al grado de que se establecieron las crisis sexenales. El resultado fue que entre 1954 y 1981 el país presentó un crecimiento promedio simple del PIB cercano a 7%; mientras que de 1982 a la fecha se redujo a sólo 2%.
A esta historia reciente se le puede calificar de crecimiento lento, en la que el comportamiento del PIB no sólo es claramente inferior a la tasa del período anterior e insuficiente para las exigencias del desarrollo mexicano; se trata de una tasa cercana y, sobre todo al principio, inferior a la tasa de crecimiento de la población. Esto significa que el crecimiento de las oportunidades de empleo es inferior al aumento de la Población Económicamente Activa (PEA) y, desde cualquier ángulo que se le vea 2% es un crecimiento lento e insatisfactorio.
Una consecuencia adicional del crecimiento lento de la economía mexicana es que otros países literalmente nos han rebasado en el desarrollo. Economías como las de España, Singapur, Chile e incluso de muchos países destruidos durante la Segunda Guerra Mundial que habían quedado atrás de nuestra economía en cuestión de décadas, uno detrás de otro han acelerado su desarrollo, alcanzado y rebasado al de nuestro país.
La figura 2 presenta sólo un ejemplo de cómo una nación como Irlanda logró despegarse de nuestra economía relativamente en pocos años. Maddison (a quién le debemos esta clara representación) pone lado a lado la historia de tres países: Irlanda, Argentina y México. Las líneas representan la evolución de sus respectivos ingresos per cápita. Después de la Segunda Guerra Mundial las tres economías tenían valores similares. Durante décadas el ingreso per cápita de las tres naciones creció de manera muy similar.
Figura 2. Evolución comparativa del PIB per cápita para Argentina, Irlanda y México.
Para la década de los noventa algo cambió. La gráfica señala sin lugar a dudas que el ingreso per cápita de Irlanda aceleró su crecimiento muy por arriba de Argentina y México. Para 2002 el ingreso per cápita de Irlanda ya era casi tres veces mayor que el de los otros dos países. A esto se refiere precisamente el concepto de rebasar a una economía. Irlanda es un caso de éxito donde la política se ha traducido en mejoras sustanciales del nivel de vida de los ciudadanos.
En 1987 se reunieron sindicatos, empleadores y el sector agropecuario y pactaron lo que se conoce como el Programme for National Recovery. Fue tan exitoso que los irlandeses establecieron otros acuerdos en diferentes frentes y en todos los niveles de gobierno. También se crearon organismos autónomos para apoyar estos programas y acuerdos, como el National Economic and Social Council (NESC). Éste es un ejemplo de cómo la política contribuye al desarrollo de los países y al bienestar de sus ciudadanos cuando permite acuerdos nacionales y regionales en los que se establecen agendas mínimas para el crecimiento y el desarrollo, así como la creación de instituciones que orienten y complementen los esfuerzos para progresar. De esta manera se organiza el desarrollo de un país y se pueden establecer estrategias de crecimiento de largo plazo que le dan certidumbre a todos para invertir, para trabajar, para estudiar e incluso para investigar con el propósito de generar y aplicar el conocimiento en aquellas áreas consideradas como estratégicas para el desarrollo del país en el corto y el mediano plazo.
Competitividad insuficiente
Lejos de fortalecerse, la competitividad de la economía mexicana se ha venido deteriorando desde 2000 (Fig. 3). Todos los estudios e indicadores reflejan la misma tendencia. Recientemente, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) presentó la actualización de su indicador. Su conclusión es que entre 2004 y 2006 México retrocedió 3 lugares, al pasar de la posición 30 a la 33 de las 45 economías más competitivas según el IMCO.
Figura 3. Posicionamento de la competitividad mexicana en comparación con otros países.
La incapacidad de la economía mexicana para ganar competitividad es preocupante por muchas razones. Entre ellas se puede argumentar que existe una correlación entre el PIB per cápita y la competitividad de manera que el rezago que experimenta México también es una señal de las dificultades que tenemos para elevar el nivel de vida de los mexicanos.
Otra razón la destaca el IMCO en cuanto a que nuestro país no es capaz de atraer y retener inversiones y, en la competencia por los capitales internacionales, son otras las economías que los atraen. Los análisis de las causas de la falta de competitividad invariablemente concluyen en el carácter sistémico y multifactorial de este fenómeno por lo que no es una o unas cuantas políticas públicas y/o reformas las que se deben instrumentar, sino una gama amplia de ellas. De aquí la convicción de proponer e impulsar un acuerdo nacional y una política de Estado para la competitividad de México, pues el rezago persistente de la competitividad de nuestra economía es otra expresión del atraso del país.
Costo-país alto
Otra manifestación de la problemática de México para desarrollarse y, hasta cierto punto, un factor de influencia en la competitividad del país es lo que ha dado en llamarse el costo país, que en nuestro caso resulta comparativamente alto.
Con este concepto se hace referencia a las dificultades que tienen los inversionistas para establecerse en México, las cuales, en última instancia se pueden tasar en dinero. Así, una extensa gama de dificultades y situaciones puede valuarse y concluir que prácticamente hay que pagar un costo por establecerse en nuestro territorio.
Casi cualquier cosa puede verse desde esta perspectiva. Desde los problemas de logística y deficiencias de la mano de obra, hasta la inseguridad pública y las dificultades de la burocracia para hacer valer la ley.
Todos estos elementos pueden servir de atractivo para los inversionistas o, por el contrario, los puede inhibir. No hace falta hacer cálculos precisos (que además de complejos serían inexactos); sin embargo, la simple percepción de que existe un alto riesgo de caer en estos costos es suficiente para que tenga sus efectos inhibidores. Los costos para los inversionistas inician desde la apertura de la empresa. Los registros, permisos e inspecciones requeridos implican no sólo erogaciones, sino también tiempo valioso. Ya en operación, la empresa tiene que asistirse por grupos de contadores y de abogados, internos o externos, que les ayuden a mantenerse actualizados ante los cambios permanentes en la reglamentación. Adicionalmente, la infraestructura de transportes y comunicaciones vuelve a causar nuevos costos, a veces porque los precios de los servicios simplemente son más altos que en otros países y, otras, porque la infraestructura está en tal estado o es tan escasa que provoca ineficiencias.
Un ejemplo: México tiene una densidad carretera de sólo 0.17 km/km2, mientras que Japón tiene 3.12 km/km2. Evidentemente, en el país asiático el movimiento de personas y mercancías es mucho más fácil que en el nuestro. Otro ejemplo, y de valoración general, se encuentra en el tema de desarrollo y mantenimiento de infraestructura, donde México se localiza en el lugar 42 de 55 países (IMD-2007). La facilidad de transportación de las mercancías se traduce en costos.
La figura 4 ilustra cómo se comparan los costos de logística entre varios países. Según estas estimaciones, en México 20% del costo final de los productos es atribuible a la logística. En el contexto latinoamericano ésta puede parecer una cifra razonable. Sin embargo, Chile consigue proporciones inferiores y más Estados Unidos, los países de la OCDE y los orientales, representados aquí como Singapur. Todos éstos con costos de logística que rondan la mitad de lo que se requiere en México.
Figura 4. Costos de logística en varios países y la OCDE en su conjunto.
Dependencia tecnológica del extranjero
Un último factor que se mencionará aquí como asociado a las dificultades para que México se desarrolle es la asimilación de conocimientos y tecnología en el aparato productivo. En México, salvo las excepciones de las grandes empresas y algunas medianas y pequeñas, la producción está dominada por tecnologías estandarizadas y con frecuencia obsoletas.
A pesar de la creciente presión de la competencia globalizada, las empresas han preferido buscar en la reducción de costos las fórmulas para mantenerse en el mercado.
El ingreso de los grandes gigantes asiáticos a los mercados internacionales ha venido a demostrar, de manera dolorosa, la ineficacia del precio bajo como fórmula para competir, no sólo en el mundo, sino incluso en los mismos mercados nacionales ahora abiertos gracias la internacionalización de la economía. La fuente del know how (saber hacer) y de los elementos innovadores en las empresas que se modernizan y asimilan conocimientos y tecnologías proviene de sus matrices o bien de proveedores en el extranjero.
En algunos casos más, y como excepción, acuden a proveedores nacionales, algunas veces establecidos en universidades o institutos de investigación. El efecto final es la desarticulación del aparato productivo respecto del sector generador de conocimientos del país. Debe reconocerse que México ha vivido una economía basada en la explotación de los recursos naturales, donde el factor más importante para una actividad competitiva ha sido el bajo costo de una mano de obra intensiva, y se encuentra ante el compromiso de transitar hacia una economía que demanda un soporte en una sociedad del conocimiento, en la que el mayor impacto para la competitividad es el valor agregado del producto o servicio derivado de una innovación.
Este trayecto obliga a reflexionar acerca de las condiciones que convienen construirse en el país para no aumentar las brechas que actualmente existen con relación a países desarrollados en los temas de educación, ciencia, tecnología y su transferencia, innovación, desarrollo social y desarrollo económico.
Para esta reflexión, el Foro Consultivo Científico y Tecnológico integró un grupo multidisciplinario de profesionistas con actividades en el medio académico, en el medio empresarial o como responsables de gestión académico-administrativa, todos ellos interesados en el análisis de las etapas y condiciones que el país ha vivido en materia de desarrollo económico y la aportación que daría a este desarrollo la construcción de un Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación, constituido por el inventario de recursos humanos que cultivan la Ciencia y la Tecnología y un conjunto estratégico de proyectos nacionales.
El presente artículo es extractado del documento: CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN: EL DESARROLLO SUSTENTABLE ALREDEDOR DE OPORTUNIDADES BASADAS EN EL CONOCIMIENTO del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, nace con la convicción de que los proyectos propuestos para resolver la problemática podrán encontrar un marco de acción en el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (PECYTI) para facilitar su instrumentación.
Impacto Socioeconómico
El grupo de trabajo hace manifiesto su interés por ubicar esta propuesta en el marco de la Ley de Ciencia y Tecnología y aportar elementos para la materialización de la construcción indispensable e impostergable de Sistemas Regionales de Innovación, ya planteados en la propuesta del Foro Consultivo Científico y Tecnológico en el documento de modificación de la Ley de Ciencia y Tecnología hacia una Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación.