Introducción

Tabasco posee una extensión territorial de 2’446,100 hectáreas y se encuentra dividido en cinco subregiones fisiogeográficas (Chontalpa, Centro, Sierra, Pantanos y Ríos). El municipio de Macuspana pertenece a la subregión Pantanos (17° 45′ 00″ latitud norte y 92° 35′ 00″ longitud oeste); tiene clima cálido húmedo con abundantes lluvias en verano; temperatura media anual entre 23.6°C a 30.1°C y precipitación promedio de 3,186mm; cuenta con la reserva de la biosfera Pantanos de Centla (INEGI, 2017; INAFED, 2018), así como una pequeña zona de montañas y selvas considerada área natural protegida (Parque Estatal Agua Blanca). El municipio de Comalcalco pertenece a la subregión Chontalpa, (18° 09′ latitud norte y 92° 32′ longitud oeste), tiene clima cálido húmedo con abundantes lluvias en verano, temperatura media anual entre 24°C a 28°C y precipitación media anual entre 1500 y 3000 mm. Las especies más cultivadas son: cacao, coco, pimienta, naranja, limón, papaya y mango (INEGI, 2017; INAFED, 2018).

Objetivos

El objetivo de fue determinar la frecuencia e infestación de Nosema en colonias de A. mellifera, localizadas en dos municipios del estado de Tabasco, México.

Materiales y Métodos

Durante noviembre-diciembre 2017, se muestrearon 7 apiarios (21 colonias) en Macuspana [Ejido Pedro C. Colorado (1), Paredón (2), Zopo Norte (3), Javier Mina 1 (4), Palomas (5), Ignacio Zaragoza (6), Javier Mina (7)]  y 10 apiarios (30 colonias) en Comalcalco [Arena 2a sección (8), Arena 6a sección (9), Centro Tular 2a sección José María Pino Suárez (10), Chicozapote (11), Norte 1a sección Cocohital (12), Francisco I Madero 1a sección (13), Guayo 1a sección (14), Lázaro Cárdenas 2a sección (15), Norte 1a sección (16), Occidente 3a sección (17)].  De cada cámara de cría, se tomó una muestra de abejas adultas en un frasco conteniendo etanol al 96% y conservadas en refrigeración hasta su uso. Mediante la metodología de Cantwell (1970), se maceraron 20 abdómenes de abejas en 10 ml de agua destilada estéril, de cada muestra. Una alícuota del homogenado se depositó en un hemocitómetro para la cuantificación de esporas al microscopio (Figura 1). La frecuencia se obtuvo mediante la aplicación de la fórmula: Frecuencia = Número de colonias positivas/Número de colonias muestreadas X 100. Para la determinación del índice de infestación de Nosema, únicamente se cuantificaron las colonias positivas, aplicando los parámetros propuestos por Jaycox (1960). Se realizó la prueba “t” de Student para determinar las diferencias estadísticas en los índices de infestación entre municipios, y pruebas de rango múltiple Bonferroni 95% de confianza, cuando fue necesario, empleando el programa Statgraphics Centurión XVI.I.

Figura 1.  Microfotografía en fresco de Esporas de Nosema ceranae y Nosema apis.

Resultados y Discusión

Se encontró una frecuencia del 96.67% y 90.4% (P=0.354 N.S) en Macuspana y Comalcalco, con infestación de 116447 y 240948 (t= -2.91; P=0.006) esporas por abeja respectivamente. Aunque existen diferencias estadísticas significativas, de acuerdo con Jaycox (1960), corresponde para ambos municipios un nivel de infestación muy ligera. Como puede observarse en la Tabla 1, ambos municipios, mostraron altos coeficientes de variación, reflejando una importante heterogeneidad entre los apiarios.

Al analizar de manera puntual los apiarios ubicados en las comunidades de cada municipio, se encontró que existen diferencias estadísticas significativas (P=0.0015) entre las medias (esporas por abeja). Como puede observarse en la Tabla 2, la prueba de rango múltiple (Bonferroni 95%), identificó 3 grupos homogéneos. El amplio coeficiente de variación en los niveles de infestación entre los apiarios, es difícil de explicar, ya que las patologías se ven afectadas por diversos factores, tales como las estaciones del año (Hinojosa y Gonzáles, 2004); sin embargo, el efecto del manejo de las colonias por parte del apicultor es uno de los factores más importantes. Martínez-Puc et al., (2011) reportaron una frecuencia de infestación de Nosema del 76.47% en colonias manejadas (27 muestras) y 53.06% en enjambres silvestres (49 muestras) localizados en Mérida Yucatán y sus alrededores, concluyendo de acuerdo con Fries (1997) y Ritter (2001), que la manipulación de las colonias por parte del apicultor, influye en el estrés de las abejas, así como en la diseminación de enfermedades por el uso de equipos e insumos contaminados. Medina-Flores et al., (2014) colectaron muestras de abejas en 25 apiarios comerciales distribuidos en 15 municipios pertenecientes a tres zonas ecológicas del estado de Zacatecas; las colectas se realizaron a mediados de otoño del 2010 (n=151 colonias) y a mediados de la primavera del 2011 (n=148 colonias), encontrando el 4.7% de la población analizada en primavera, positivas a Nosema spp., mientras que la mayoría de los casos positivos se detectó en la zona semiseca semicálida (86%), evidenciando el efecto de la estación del año.

Conclusiones

Los valores encontrados en ambos municipios corresponden a un nivel de infestación muy ligera. No obstante, se encontraron diferencias entre las comunidades, lo cual sugiere realizar estudios epidemiológicos puntuales. Se requiere complementar a las técnicas convencionales de microscopía con las técnicas moleculares ya que permiten identificar la o las especies de Nosema encontradas y ver si hay sinergia o competencia entre ellas y si alguna afecta más o menos a las abejas de la región; por ello, deberán considerarse en programas de capacitación de recursos humanos y políticas para el monitoreo de la dinámica poblacional y control apropiado de patógenos, ante el riesgo latente de incrementar la infestación de las colonias en México.